Madre mía socorre a mis hijos, que esta palabra sea el grito de mi corazón desde la aurora.
Oh María! que tu bendición les acompañe, les guarde, les defienda, les anime y les sostenga en todo momento, cuando en la noche se dispongan al descanso a fin de continuar con nuevo fervor al día siguiente en su camino hacia la Eterna Palabra.
Madre mía, socorre a tus hijos. Que tu bendición descienda sobre ellos en el trabajo, en el descanso, en la salud y enfermedad, en la vida y en la muerte, que ésta no sea repentina ni por toda la eternidad.
Oh María! que tu bendición les acompañe, les guarde, les defienda, les anime y les sostenga en todo momento, cuando en la noche se dispongan al descanso a fin de continuar con nuevo fervor al día siguiente en su camino hacia la Eterna Palabra.
Madre mía, socorre a tus hijos. Que tu bendición descienda sobre ellos en el trabajo, en el descanso, en la salud y enfermedad, en la vida y en la muerte, que ésta no sea repentina ni por toda la eternidad.
Así sea
Creo que suscribo esta oración como si me hubieran leído el
pensamiento. También me la trajo mi madre desde México
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