V: La Mies es mucha; los obreros pocos:
R: Manda, Señor, obreros a tu mies.
V: Tú que te compadeciste de las multitudes que carecían de pastor:
R: Manda, Señor, obreros a tu mies.
V: A los jóvenes que entienden tu llamada:
R: Dales generosidad, Señor.
V: A las almas a ti consagradas:
R: Aumenta su caridad, Señor.
V: A los jóvenes que dudan de tu llamada:
R: Dales certeza, Señor.
V: A quienes sienten tu llamado desde niños:
R: Acompáñalos, Señor.
V: A los seminaristas:
R: Dales perseverancia, Señor.
V: A los sacerdotes que sufren tentación:
R: Dales tu fuerza, Señor.
V:A los sacerdotes celosos:
R: Enciéndelos más en tu amor, Señor.
V: A los sacerdotes tibios:
R: Dales tu santidad, Señor.
V: A los sacerdotes tristes:
R: Consuélalos, Señor.
V: A los sacerdotes que sienten soledad:
R: Sé tú su compañía, Señor.
V: A los sacerdotes misioneros:
R: Infúndeles tu celo, Señor.
V: A los sacerdotes jóvenes:
R: Impúlsalos a buscar tu gloria, Señor.
V: A los sacerdotes ancianos:
R: Sostenlos en tu servicio, Señor.
V: A los sacerdotes difuentos:
R: Dales tu gloria, Señor.
V: La mies es mucha; los obreos pocos:
R: Envía, Señor, obreros a tu mies.
V: Por el Santo Padre N.
R: Te rogamos, óyenos.
V: Por los pastores de tu Iglesia:
R: Te rogamos, óyenos.
V: Por nuestro obispo N.
R: Te rogamos, óyenos.
V: Por aquellos que necesitan más tu gracia:
R: Te rogamos, óyenos.
V: Por quienes están alejados de ti:
R: Te rogamos, óyenos.
Oración:
Oh, Jesús, eterno sacerdote, no dejes de enviar nuevos sacerdotes y consagrados a tu Iglesia, pastores según tu corazón. Necesitamos ministros de tu gracia y de tu amor. Ellos nos consuelan en tu nombre, alimentan nuestra esperanza, robustecen nuestra fe, aumentan nuestro amor; los necesitamos, Señor, porque te necesitamos a ti, porque necesitamos tu amor; no nos dejes solos, Señor.
Envía obreros a la mies del mundo; envía pescadores que nos atrapen en las redes de tu misricordia; Envía, te lo rogamos con humildad y confianza, pastores según tu corazón.
La mies es mucha, los obreos pocos: envía, Señor, obreros a tu mies.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Conocí estas letanías en un volante de la parroquia de los Santos Ángeles Custodios de Providencia, Santiago de Chile. Desconozco su autor.
1 comentario:
Muchas gracias, ya la copié para rezarla. Tampoco la conocía. Especial para este año.
M. Carolina
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