Tendemos a pensar que los sacerdotes -NUESTROS SACERDOTES- están hechos de alguna materia inoxidable, incorruptible, no degradable, sin fisuras de ninguna especie, ¡y son frágiles criaturas como nosotros! Tienen la gracia del sacramento del orden, pero aún así son débiles y debemos apoyar los con nuestra oración.
Jamás te quejes de un sacerdote. Reza por él, y mientras más fallas humanas pueda tener ¡reza más!
Te propongo esta hoy día, pero en el sitio encontrarás muchas otras. Elige alguna ¡y no les falles Tú!
"Cuida Señor, a los sacerdotes, cuyas vidas se consumen ante tu altar, porque son tuyos.Protégelos porque están en el mundo, aunque no pertenecen al mundo.
Cuando los tienten y les seduzcan los placeres terrenos, acógelos en tu Corazón. Confórtalos en las horas de soledad y de tristeza, cuando toda su vida de sacrificio por las almas les parezca inútil. Cuídalos y acuérdate, Señor, que no te tienen más que a Ti y que, sin embargo, sus corazones son humanos y frágiles.
Guárdalos tan puros como la Hostia que diariamente acarician y dígnate, Señor, bendecir todos sus pensamientos, palabras y acciones.
"Virgen Inmaculada, Reina y Madre de los sacerdotes, acógelos en tu corazón.
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