22 noviembre 2008

No preguntes ¿por qué?

NO PREGUNTES ¿POR QUÉ?
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No intentes penetrar con tu impotencia
los designios de Dios omnipotente.
No preguntes ¿Por qué? baja tu frente
y ofrece a Dios tu amor en tu obediencia.
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No preguntes ¿por qué? con insistencia.
¿Cómo puedes saber lo que es tu suerte
ni la del ser que te arrancó la muerte
haciéndote exclamar: ¡Señor, clemencia!?
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Él sólo sabe lo mejor de todo;
confía a su saber lo que tú ignoras,
Él es la Santidad, tú eres el lodo.
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Él es Verdad, Amor, Luz increada,
el Ser Supremo, al que con fe tú adoras.
Tú eres tan poca cosa…¡No eres nada!