¿Qué tengo yo, Señor Jesús, que tú no me hayas dado?
¿Qué sé yo, que tú no me hayas enseñado?
¿Qué valgo yo, si no estoy a tu lado?
¿Qué merezco yo si a tí no estoy unido?
¡Perdóname los yerros que contra tí he cometido! Pues me creaste sin que lo mereciera. Me redimiste sin que te lo pidiera. Mucho hiciste en crearme, mucho en redimirme y no serás menos generoso en perdonarme, pues la mucha sangre que derramaste y la acreba muerte que padeciste no fue por los ángeles que te alaban sino por mí y demás pecadores que te ofenden.
Si te he negado, déjame reconocerte; si te he injuriado, déjame alabarte; si te he ofendido, déjame servirte; porque es más muerte que vida la que no está empleada en tu santo servicio.
Amén.
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El P. Mateo Crawley-Boevey (1875-1961), sacerdote peruano de la
Entronización del Sagrado Corazón en los hogares.
Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María., fue el fundador de la
Obra de la
Parte de su juventud vivió en Valparaíso, Chile, y estableció muchos lazos con
ese país. Al visitar Paray-le-Monial en 1907, el P. Mateo idealizó
allí, en la atmósfera de gracias del Sagrado Corazón, un movimiento de
regeneración de las familias y de la sociedad. A través de una cruzada moral, se
propuso hacer reinar a Nuestro Señor en las familias para así hacer viable su
Realeza Social.
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