Es tradición en la Iglesia rezarla o cantarla los sábados, día dedicado a santa María desde hace siglos.
Dejaré un enlace a un vídeo con la música. Ojalá la aprendiéramos para ser otra generación que llamemos bienaventurada a la Madre de Dios, tal como lo dijo ella en su himno Magníficat.
Salve, Regina, mater misericordiae:
Vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules, filii Hevae.
Ad te suspiramus, gementes et flentes
in hac lacrimarum valle.
Eia ergo, Advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos
ad nos converte.
Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis, post hoc exsilium ostende.
O clemens: O pia: O dulcis
Virgo Maria.